Bernard Sumner
Editorial Sexto Piso, 2015
376 páginas
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Siempre está la tentación del mito. Esa tranquilidad que da la historia recubierta de un manto de heroísmo, bañada con una poca de épica a gusto del consumidor. Así, en el cruce de caminos donde Robert Johnson se encontró con el diablo, pareciera que también se juntaron por turnos Lennon y McCartney, Marr y Morrissey, Gardel y Lepera, Mumford y sus hijos y David Guetta y su pendrive. Y no es verdad, ya que sabemos que cualquier mitología tiende a ser falsa. Excepto en mi caso, claro. Y en el tuyo, lector especial, que para eso tu compañía de móviles y Facebook te lo recuerdan todo el día.

Pero ¿Joy Division? ¿Y un grupito menor que creó un par de estilos llamado New Order? Para Bernard Sumner, guitarra en los primeros y vocalista e instigador electrónico en los segundos, no hay mucha discusión. Él estuvo ahí, hizo lo mejor que pudo y ganó más de una medalla en el proceso. Pero pudo haber sido lo contrario, de no haber mediado el esfuerzo y una importante cantidad de buena (y mala, sí señor) suerte. Todo eso es contado en su biografía en un relato diáfano, gracioso a ratos y emocional sin caer en el melodrama. Aunque el nombre en inglés algo de poesía agrega con eso de “Chapter and verse”, la traducción al español destaca el carácter pragmático del autor: “New Order, Joy Division y yo”. Para que nadie se pierda, pensaría el bueno de “Barney”.

Si hay alguna duda, el comienzo del relato da la pauta de las intenciones de Sumner. Ad portas de un viaje a Chile (sí, a Argentina y a Brasil, pero eso no nos importa en chauvinismo 45), un señor cercano a su sexta década se cuestiona sobre el impacto de un par de bandas en las que orgullosamente ha estado. Ese cuestionamiento no es por el esfuerzo invertido (realmente un montón, considerando su cuna poco privilegiada y el constante autosabotaje económico), s no por el rango de influencia de un grupo nacido desde el amateurismo, el aprendizaje sobre la marcha y un tremendo amor a la música.

Y en ese tono de hombre común y corriente que impregna el relato, el autor no tiene ningún problema en desmitificar buena parte de su historia musical sin caer en la humildad excesiva. El que tenga algún temor de que, en el proceso, se pierda cierta aura “cool” de sus bandas preferidas, no se preocupe: ya lo ha hecho Sumner hacer décadas con sus entrañables bailes sin ritmo en vivo o en esos “Come on!” de estadio que acompañan su interpretación del himno introspectivo por excelencia “Love will tear us apart”.

Con la mitad del libro dedicada a la prehistoria y abrupto final de Joy Division, bien se podría decir que el libro evita el manido foco en Ian Curtis para poner el interés en la relación pimpinelesca de Sumner y su ex partner musical, el bajista Peter Hook. Un matrimonio infeliz que ha sido ya bastante difundido por el mismo Hooky cada vez que ha tenido un micrófono en mano (ojalá no para cantar), revelando las agrias circunstancias de su alejamiento de New Order. A la espera del texto del bajista, Sumner repasa las tensiones que marcaron el desarrollo de la banda, pero sobre todo las que determinaron su finalización en 2006 y el regreso sin el señor de la discordia en 2011.

Mientras la solución del litigio se arrastra en el tiempo, bien se puede disfrutar con este relato amable sobre unos tiempos definitorios e intensos a lo que hemos llamado, a falta de mejor nombre, música indie. Por las páginas de la autobiografía de Bernard Sumner pasan sus grupos insignes, esos proyectos musicales que han tendido a sonar igual (Electronic y Bad Lieutenant), Manchester y sus bandas, managers y empresarios más grandes que la vida (Rob Gretton y Tony Wilson), negocios espantosos (The Hacienda) y Bez (“percusionista” y “corista” de Happy Mondays), que todos sabemos merece urgente una estatua, una fundación y, si me apuran, un principado a su nombre.

Quizás falta algo más de análisis musical en todo esto, ya que el autor pasa de puntillas por buena parte de la discografía de la banda, pero para eso está Simon Reynolds. El relato de “Barney” Sumner, por el contrario, es una historia de un testigo y actor privilegiado que cuenta con buen humor algunas historias importantes de los últimos 30 años de música, donde ese “yo” del título está más que merecido.

New Order, Joy Division y yo

“New Order, Joy Division y yo” está disponible en librería Nueva Altamira, ubicada en Las Urbinas 23, local 64, Galería Drugstore, Providencia y en su sitio web www.nuevaltamira.cl