20 años cumplió Baduizm, un disco clave del llamado neo-soul y R&B. Este post es desarrollado en colaboración con Red Bull Chile.

Hace unos días Erykah Badu celebró dos décadas de su premiado álbum Baduizm, trabajo que hasta el día de hoy encuentra nuevos fans, fascinados con sus sofisticadas canciones. Aquí enumeramos algunas razones para volver a escuchar el debut de la cantante de Dallas.

1) Baduizm es un disco pionero

Publicado el 11 de febrero de 1997, Baduizm además de encontrar un lugar entre el competitivo universo del R&B, por entonces dominado por figuras como Toni Braxton, Mary J. Blige, Blackstreet, Destiny’s Child o Ginuwine, encarnó un modelo de soul respetuoso de la tradición, pero al mismo tiempo con una personalidad renovada, más cercana al término “R&B alternativo” que al revival o a los guiños vintage. Baduizm, de todas maneras, reunía todos estos elementos y al igual que Brown sugar (1995) de D’Angelo, aun podía sonar orgánico y sofisticado.

Baduizm fue publicado solo un año después de Maxwell’s urban hang suite, el estupendo disco debut de Maxwell, una de las piezas iaugurales de la época dorada del nu-soul, y un par de años antes de Voodoo de D’Angelo y Who is Jill Scott? Words and sounds Vol. 1 de Jill Scott, dos parientes aventajados en el ámbito del soul moderno. La propia Jill Scott se referiría a Badu como una artista que le abrió las puertas a otros músicos similares, impregnando el ambiente del R&B con una fragancia que parecía nueva, gracias a su cercanía con géneros como el jazz y hip-hop, aspecto que destacaba a esta generación de artistas entre la variada gama de solistas y grupos de la época.

“On & On”, uno de los himnos de Baduizm,  ganador de un Grammy en la categoría Mejor voz Femenina R&B 1998, resume gran parte de los mejores atributos del primer disco de la oriunda de Dallas, Texas.

2) Badu es más que una hip-hop Lady Day

Las comparaciones con la legendaria Billie Holiday mantuvieron por un rato la atención de los medios en Erykah, cuyo registro naturalmente cercano al jazz siempre tuvo otra coartada: el hip-hop. Aunque no es hasta el álbum Worldwide underground (2003) cuando la cantante registra colaboraciones explícitas con raperos como Dead Prez, Queen Latifah o Bahamadia, ya en Baduizm su conexión con The Roots la vincula con parte de la comunidad hip-hop, que hasta el día de hoy la cuenta entre sus figuras más representativas. Common, J Dilla y Madlib, igualmente colaborarían con ella en distintos momentos de su discografía.

“Sometimes”, además de “Otherside of the game”, fueron producidas por Badu junto a la banda de Filadelfia The Roots, que formaron parte del proyecto de la cantante desde el principio. Ambos tracks están familiarizados con el modus operandi de Illadelph halflife (1996), tercer y celebrado álbum de los de Filadelfia, es decir un sutil cruce hip-hop/jazz, que ampliarían en el próximo Things fall apart (1999), placa que incluye el single “You got me”, que cuenta con la aparición estelar de Erykah.

El registro vocal de Badu, tan particular y rico en texturas, tomó pronto ventaja de los artistas de la época, que desde sellos como LaFace, Roc-a-Fella o Def Jam, intentaban impactar en el mainstream con fórmulas R&B un tanto gastadas. Badu componía, cantaba y hasta podía rapear; pero lo más importante: Baduizm era un álbum redondo gracias a canciones como “Appletree”, “Next time lifetime” o “Certainly”, a medio camino entre la balada, el pulso del hip-hop y el jazz.

3) Erykah sigue vigente

A sus 45 años, Erykah Badu suma 5 discos oficiales, un álbum en vivo con gran parte del material presente en Baduizm y un par de mixtapes. Una de sus últimas aventuras en este formato, titulado But you caint use my phone y firmado a medias con el productor de Dallas Zach Witness, aunque poco valorado, es un gran intento por acercarla a las audiencias de la era streaming. Erykah, que siempre se ha considerado una “chica análoga”, en los tracks de este mixtape actualiza los sonidos de su debut y vuelve a la lógica de álbumes como New Amerykah part one (4th World War) (2008), con un más explícito gusto por el hip-hop e incluso electrónica. Un inesperado track junto a André 3000 (“Hello”) y guiños al “Hotline bling” de Drake, dan cuenta de un intento de renovación, esta vez desde los terrenos del pop, R&B y trap.

Y para los que aún esperan más de una artista como Erykah, a través de su alias Lo Down Loretta Brown, Badu ha dejado un poco atrás su figura de chica análoga, ejercitando como DJ, en variopintas presentaciones en las que además suele cantar o hacer algún tipo de performance. Y es que a dos décadas de Baduizm, el carisma de Badu está lejos de extinguirse.